En Salamanca, las comidas populares forman parte de la vida social y cultural de la ciudad. Estos encuentros gastronómicos reúnen a vecinos, visitantes y colectivos en torno a preparaciones tradicionales que se elaboran en grandes cantidades para ser compartidas en plazas, calles o recintos festivos. El objetivo principal de estas comidas es mantener vivas las recetas que han marcado la identidad culinaria de la provincia y, al mismo tiempo, ofrecer un espacio de convivencia abierta al público.
Entre los platos más habituales destaca la paella popular, que se cocina en peroles de gran tamaño y sirve para alimentar a cientos de personas. Aunque la receta tiene variaciones según la ocasión, la versión más frecuente en Salamanca incluye arroz, pollo, conejo, verduras de temporada y condimentos básicos que garantizan un sabor equilibrado y accesible para todos los asistentes. La preparación se organiza de manera coordinada, con equipos encargados de la cocción, el reparto y la logística.
Otro plato característico en este tipo de eventos es la caldereta de carne, elaborada generalmente con ternera o cordero de la zona. La carne se guisa lentamente con patatas, pimientos, cebolla y ajo, dando como resultado un plato contundente que refleja la tradición pastoril de la provincia. La caldereta se suele servir en fiestas patronales o celebraciones rurales, donde la participación de peñas y asociaciones vecinales resulta fundamental para llevar a cabo la actividad.
La chanfaina salmantina es también protagonista en las comidas colectivas. Se trata de un guiso que combina arroz con carne de cordero, hígado, sangre cocida y especias como el pimentón, que le aportan un sabor característico. Este plato, vinculado originalmente a las celebraciones de Pascua, ha pasado a formar parte de los menús ofrecidos en encuentros masivos, donde se reparte en raciones que conservan la esencia de la receta casera.
No puede faltar la hornazo salmantino, aunque en un formato adaptado para grandes reuniones. Se hornea en piezas de tamaño considerable y se corta en porciones para su distribución. Este producto, relleno de embutidos y carne, se reparte en festividades señaladas como el Lunes de Aguas, cuando las cuadrillas y grupos de amigos se reúnen en espacios públicos para comerlo de manera comunitaria.